Contradictorio el título ¿verdad? Si lo que se afirma en él es cierto, el título no debería estar ahí, porque él mismo es una generalización, y por lo tanto no tiene sentido de acuerdo a su propio enunciado. Sólo hay una forma de salir indemnes de ésta paradoja lingüística: entender que se ha creado un escenario imposible y no entrar al juego.
El título de este post es un ejemplo de lo que Gregory Bateson y Paul Watzlawick, del Mental Research Intitute de Palo Alto, denominaron “doble vínculo” o “doble constreñimiento”, una situación dentro de la comunicación en la que se recibe uno o varios mensajes que entran en conflicto, pues son contradictorios. Además, quien recibe el mensaje está obligado a cumplir simultáneamente las dos partes que son excluyentes entre sí, y no puede hacer ningún comentario acerca de lo absurdo de la situación, ya sea porque no es consciente de ello o porque se le niega esa posibilidad por medios coercitivos.
Si en el transcurso de una sesión de terapia yo le interpelo al cliente “Sé espontáneo”, le estoy poniendo en una situación de doble vínculo, es imposible que cumpla una sugerencia tan aparentemente inocua. Si decide ser espontáneo ya no lo es, pues habrá sido como respuesta a una petición mía, es decir, el mismo acto de intentar cumplirla evitará que suceda. Y si decide no serlo tampoco está cumpliendo con la sugerencia.
Doble vínculo y esquizofrenia
Todo lo anterior podría no pasar de lo anecdótico si no fuera porque Batenson y Watzlawick mantenían la hipótesis de que una de las causas de la esquizofrenia era la vivencia familiar, por parte de los niños, de situaciones de doble vínculo mantenidas y constantes.
Por ejemplo, el escenario donde los padres del niño se ríen de él porque es tímido hasta que, en determinado momento, el niño grita de frustración y le reprenden por ello. Nos dice Batenson que así el niño aprende e internaliza dos mensajes contradictorios -“debo expresarme para ser aceptado y no debo expresarme para ser aceptado”- y que cuando crezca y logre identificar esa situación, si es incapaz de afrontarla, se genera la esquizofrenia como único mecanismo de escape.
Habrá que esperar aún a que los avances en neurociencia cognitiva, neurobiología, neurolingüística o psicología del lenguaje, por citar sólo algunos campos, permitan afirmar o refutar la validez de las tesis de Bateson.
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