Mediante el proceso de evaluación obtenemos información que nos será útil para ver cómo se integran los diferentes aspectos evaluados con otras características y aspectos de la persona.
De lo que se trata es de intentar comprender o captar cómo se siente esa persona y qué es más probable que haga ante determinadas circunstancias, para desde ahí, buscar los recursos para generar los cambios deseados, cuando estos sean posibles.
Por otro lado, y centrados en el ámbito estrictamente clínico, utilizando los test adecuados a cada caso se establece un diagnóstico, un pronóstico y un vector de actuación, en el caso de que ésta sea indicada
Actualmente existe una notoria cantidad de métodos confiables, validados y utilizados desde hace décadas, que llevan muchos años dando prueba de su efectividad en la evaluación psicológica, mediante formas tan diversas como las técnicas proyectivas graficas, los test proyectivos verbales, los cuestionarios desiderativos, las escalas de comportamiento adaptativo, las sistemas de evaluación cognitiva, las escalas de aptitudes o los instrumentos para la evaluación del desarrollo infantil, entre otras muchas opciones disponibles.
A la hora de aplicar las diferentes técnicas tendremos siempre en mente lo que motivó la consulta, lo que nos llevará a explorar, construir hipótesis y realizar una síntesis diagnóstica del estado psicológico de la persona y de cuales podrían llegar a ser las posibles causas o conflictos subyacentes al mismo.